Muchos nos preguntáis si los platos y cuencos, así como los cuernos de beber que tenemos en la tienda online son higiénicos para utilizar en la alimentación. Pues bien, de todos es sabido que los cuernos se vacían, se limpian con agua y jabones y se someten a cocción antes de ponerse a pulir o tallar. De forma casera se suele acabar ahí el proceso, pero en nuestro caso, vamos un poquito más allá para curarnos en salud.
Vamos a tirar de memoria y razonamiento.... todos conocemos las cazuelas de barro (el bacalao cocinado en ellas está a otro nivel), seguro que hacéis caso de que el interior de ellas tiene como un barniz, que se suele extender hasta los cantos y un poco por las paredes exteriores sin llegar a la base que toca con el fuego. Esa impregnación fija, es el resultado de aplicar dos productos, un barniz para barro que soporte altas temperaturas (incluso hay tapa poros) y un barniz alimentario.
En los cuernos utilizamos este mismo método. Los sellamos y le aplicamos barniz alimentario, que le da un aspecto como de vidrio, resiste el lavado y nos garantiza la higiene. Si que es posible que con el paso del tiempo y a base de rascar y lavar, este barniz se deteriore en vuestros cuernos, pero para eso no tenéis más que aplicarle una nueva capa.
Nosotros trabajamos con Dècopatch Vitrificador que suele usarse en trabajos artesanales con fines alimenticios. Su precio es bastante asequible (entre 7 y 8.50 euros) y un bote debería de daros para bastante. Se aplica en dos capas con un intervale de tiempo de 1 hora entre ellas. Os dejamos el enlace de una de las muchas tiendas que lo venden por si os interesa. Es posible que próximamente nosotros también lo pongamos a la venta.
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