Los pueblos nórdicos tenían la certeza de que todo lo conocido formaba parte del "Yggdrasil" o "El árbol de los mundos". de él brotan los nueve reinos entre sus ramas, raices y tronco acompañado tambiñen de criaturas y entornos que, llegado su momento, intervienen en la existencia de los mundos para "desaparecer y volver a nacer", como si los mundos fueran el fruto del árbol dando lugar a un ciclo interminable.
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