STRANDHÖGG
La táctica por excelencia de los vikingos y la que dio fama a estos gerreros de temibles. Se trataba de un ataque relámpago, sin predecir, con elemento principal la sorpresa (desembarco-ataque y desvalijo-reembarque)
Para llevarla a cabo con certeza, se solían enviar pequeños grupos a modo de avanzadilla de reconocimiento de la zona y, acto seguido, atacar con suficiente rapidez y efectividad para no dar pie a reaccionar a sus victimas. Los vikingos no eran soldados ni guereros formados como un ejercito en sí, es por eso que necesitaban controlar muy bien esta táctica ya que una vez que perdían el efecto sorpresa, se volvían mucho más vulnerables.
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